Moda Colombia tiene un lugar especial en el podium de la moda en la región y en el mundo; los nombres de las marcas y los diseñadores cafeteros se encuentran en las cuatro esquinas del mundo aun si el país no lidera ninguna de las listas de producción y ventas de Latinoamérica, si lidera la más importante: presencia mundial. Cifras oficiales de gobierno y encuestas de la consultora Euromonitor han revelado que México, Perú, Brasil lideran ampliamente las exportaciones textiles y de calzado en la región, con una facturación sobre los 1300 millones de dólares anuales, mientras Colombia en 2018 alcanzó apenas los 930 millones de dólares en exportaciones textiles. Las mismas fuentes publicaron que son Chile, Brasil, México y Argentina los países que lideran las listas de poder adquisitivo y consumo de moda per cápita anual en el continente, con cifras de consumo que triplican las colombianas. Aun así, es la moda colombiana la que se conoce en el extranjero, la misma que se apodera de los pasillos de los principales centros comerciales de México, Perú, Chile y el resto del continente, la que figura en las revistas y la que da de qué hablar; lo que profundiza la incógnita. La respuesta es simple y radica en la diferenciación, el valor agregado y el lenguaje que emplean las marcas; según información revelada en el marco del Congreso Textil que se llevó a cabo este año en Perú, Colombia es el segundo país en la región con mayor número de marcas propias de moda antecedido únicamente por Argentina, es además el mayor incubador de nuevas marcas con más de 120 nuevas enseñas de moda al año. Colombia pasó de ser el taller textil de Estados Unidos, para convertirse en un generador de marcas, prendas con diseño local y mucho valor propio. Es difícil otorgarle el crédito a una sola persona, una empresa o un organismo, la evolución de la moda en Colombia ha sido un esfuerzo colectivo que ha llevado a exponentes locales a los pasillos de las ferias comerciales de moda más importantes del mundo como Mode City en París y Miami Swim Show en Estados Unidos, donde marcas como Fájate, Touché, Maaji, Agua Bendita y OndadeMar son expositores recurrentes; esto sin nombrar a los más de 10 diseñadores locales que se han convertido en habituales de las plataformas de lujo mundial como Net-a-Porter y Moda Operandi, como Johanna Ortíz, Silvia Tcherassi, Magnetic Midnight, Mercedes Salazar y Esteban Cortázar entre otros. Entre las firmas colombianas de textil y moda con mayor notoriedad se encuentran Studio F, Leonisa, Touché, Totto, Vélez, OffCorss, Gef, Punto Blanco, Pat Primo y Koaj, por nombrar algunas, aunque la lista sigue con más de 20 nombres de “alta notoriedad”. En Colombia hay talento de exportación, más que industrias y empresas, pues como dicen en la calle “producir es lo más fácil, vaya y venda”, y es ese talento local, mezclado con la buena calidad, la capacidad de respuesta y la creatividad lo que han logrado posicionar al país en el extranjero como una potencia latina de moda. En lo que va del año más de 3 marcas colombianas participaron en las ediciones de Caravana Americana y Caravana Americana Resort en México; fueron más de 15 firmas locales las que llegaron a Pre Coterie y Coterie en Nueva York, mientras dos colombianas se incluyeron en el line-up del Miami Fashion Week. Bogotá Fashion Week, la Cámara de Comercio de Bogotá y la empresaria Fiona Ferrer firmaron una alianza con El Corte Inglés en Madrid para presentar cerca de 10 marcas locales de artesanía de moda en la capital española, mientras otro tanto se preparan para asistir a las ferias comerciales que se realizan este verano en París, Nueva York y Las Vegas, entre Mode City, Curve y Magic en Las Vegas. La moda colombiana continúa abriéndose camino en el mundo, fusionando su experiencia en el textil, que ahora se vuelve sostenible, la artesanía local y las tendencias cosmopolitas, selladas con el toque se ‘no se qué’ tropical latino que atrae a todos. En palabras de Esteban Cortázar “todos los ojos están ahora en Colombia y esto tiene que ver con la alegría, el color y el deseo de todos de tener un poquito de esa parte cálida y alegre que tenemos los latinos”.
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Marketing Esta pregunta resuena con frecuencia en la mayoría de los empresarios hoy en día. En el caso particular de la industria de la moda, al menos en Colombia y Latinoamérica, la respuesta correcta sería: ambos; lejos de la opción de uno o el otro. En un caso puntual de estudio sobre una prenda X, se puede observar cómo el valor asciende de manera exponencial con cada paso, del costo de producción al precio al por mayor y de este al precio de venta al público, generando un principio de idea de quién es el que más se beneficia con la venta, si el fabricante o el comerciante. Por ejemplo: - Costo total de fabricación de un vestido: $7,50 dólares - Precio al por mayor de un vestido: $15 dólares - Precio público del vestido: $30 dólares (Todos los precios son sin IVA) En la tabla se observa que el principal factor diferencial entre la venta al por mayor y la venta directa radica en el “costo de venta”, es decir el valor del alquiler del punto de venta y los gastos añadidos. En este caso tomaremos la experiencia del empresario colombiano Mario Hernández quien asegura que el alquiler con los gastos de venta en tienda, no debe exceder el 20 % de la facturación para que sea rentable. Al final del ejercicio en una economía simple, el comerciante vería una utilidad semi neta hasta un 20 % superior a la del fabricante, claro está que todo depende del formato de negocio, pues si el comerciante agrega rubros de publicidad y una alta carga administrativa fácilmente puede perder la “ventaja” sobre el fabricante. En un segundo nivel de profundidad las ventas al por mayor cuentan con dos ventajas radicales sobre las ventas al detal y son: 1. El volumen de producción y la reducción de costos. Mientras las tiendas propias requieren de una minuciosa planeación de producción con estadísticas precisas para no generar excedentes, lo que muchas resulta en producciones pequeñas con altos costos. 2. El flujo de caja con pagos asegurados a máximo 60 días. Mientras las tiendas viven del día a día. Un aspecto que es en realidad el punto de giro en la mayoría de los negocios, y el porqué un mix entre venta al por mayor y venta al detal es la mejor combinación, es el apalancamiento financiero. En Colombia y en la mayoría de los países latinos esta es una de las mayores dificultades de las empresas textiles, pues a diferencia de Estados Unidos y Europa donde los comerciantes deben pagar el 50 % del importe por adelantado, en Latinoamérica es la empresa la que debe apalancar la producción, con pagos hasta 60 días después del despacho. Dentro de los ejemplos extranjeros y locales de marcas con modelos de negocio exitosos en la modalidad de venta directa se encuentran en la cima de la pirámide Zara y H&M, así como Gap y Mango; en el plano local están Arturo Calle, Studio F y Koaj, tres de las 10 empresas textiles más grandes de Colombia. Ninguna de estas empresas cuenta con ventas por canales terciarios ni intermediarios, por eso pueden garantizar la visibilidad de sus colecciones y el mantenimiento de su imagen; controlando no solo los aspectos internos, sino también sus promociones y precios. En la categoría del mix comercial entre canal directo y al por mayor se encuentran titanes colombianos como Totto y PatPrimo, que cuentan con estrategias mixtas entre tiendas propias y distribución por medio de terceros, principalmente en las grandes cadenas de tiendas y supermercados. Los casos de éxito existen en las tres modalidades: venta al por mayor, venta directa, y el mix de ambas, la estrategia no disminuye el potencial de una marca, lo que sí es que puede llegar a facilitar su solvencia. En la economía actual de Colombia y la región, el mejor modelo por seguridad financiera y facilidad de flujo es tal y como mencionamos al principio del estudio, una mezcla balanceada entre venta directa y venta al por mayor; la segunda opción en términos de apalancamiento financiero y rentabilidad es la venta directa, bien sea con tiendas propias o tienda virtual, mientras el canal exclusivo de venta al por mayor es el que requiere de mayor inversión, mayor tiempo de retorno de utilidad y menos utilidades porcentuales. |
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May 2023
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