Madame Grès: entre el misterio y la genialidad

Moda

Madame Grès es un nombre poco conocido en las esferas de la moda moderna, pero en su época, fue uno de los grandes talentos que hizo fortuna con la Alta Costura en París.

La costurera, era conocida como la reina del drapeado, pues podía pasar cerca de 300 horas drapeando cada uno de sus vestidos, era la mejor ‘drapeadora’ de los años 30, y lo que más llamaba la atención era que drapeada directamente sobre las modelos y no en maniquíes, un trabajo de semanas y hasta meses. 

Su vida fue un misterio, tanto así que la noticia de su muerte fue revelada un año después. En vida, Madame Grès, cuyo nombre era Germaine Émilie Krebs, fundó varias casas de moda con los nombres de Alix, Alix Barton y Madame Grès que era una sumatoria de su nombre y el de su esposo. 

Fue la primera costurera en tener su casa de moda clausurada por los alemanes durante la segunda guerra mundial, con el pretexto que era aberrante el desperdicio de tela de la diseñadora, que gastaban entre 15 y hasta 20 metros de seda en sus drapeados. 

La diseñadora se hizo aún más famosa con el lanzamiento de su perfume Cabochard en los años 50, fragancia que se comercializa aún hoy en día. Por su falta de conocimiento financiero, Grès hizo el que se conoce como “el acuerdo de la muerte” con el fabricante de su perfume y murió en la pobreza, mientras el fabricante se convirtió en una de las mayores fortunas de Suiza. 

Grès era amiga íntima de Hubert Givenchy, Yves Saint Laurent y Pierre Cardin, quienes le ayudaron en el final de sus días a costear sus cuentas.