Negocios A mediados de octubre Bernard Arnault el presidente y accionista mayoritario de LVMH el conglomerado de lujo más grande del mundo, dueño de Louis Vuitton, inauguró una nueva planta de fabricación en Estados Unidos, y aunque la calidad de los bolsos y productos será igual que en Francia, España e Italia, donde están sus fábricas, los productos con Made in France siguen siendo los más apetecidos y de mayor valor en la marca, sin desprestigiar los Made in Italy, Spain y ahora USA. En Colombia sucede algo similar, el buen desempeño de la marca país, la artesanía y la fuerza de los diseñadores que creen en lo local, como Johanna Ortíz, han creado un aura mágica alrededor del Made in Colombia. Cuando un comprador internacional toma un producto, voltea la etiqueta y lee “Made in Colombia" su imaginación instantáneamente vuela a una tierra de realísmo mágico, artesanía, multi culturalidad, alegría, color y sabor; sin importar si la prenda fue hecha en una empresa en el barrio industrial de Bogotá, en La Estrella Antioquia o en la Sierra Nevada de Santa Marta, el sentimiento es el mismo.
La apropiación y valorización de este "know how" artesanal local, es la sumatoria de todas las historias que cuentan nuestras marcas en el plano internacional, historias donde los artesanos, las tradiciones del país y las madres cabeza de familia son protagonistas de esta "nueva Colombia" optimista y creativa que vende en el exterior. Bajo el concepto de mercadeo de la venta de experiencias, esta, es la mejor experiencia que el país vende, su Made in. Expertos de moda como la escritora Dana Thomas, afirman que el Made in hoy en día no tiene un valor real, pues los artesanos de antaño que le dieron valor al origen de las prendas no existen, además, los tratados comerciales entre los países permiten que una prenda hecha en Bulgaria, pero terminada en Italia sea merecedora del Made in Italy. En términos técnicos esto puede ser real, pero en la mente del consumidor las etiquetas juegan cada vez un papel más importante con las campañas como la de ¿quién hizo mi ropa? por ejemplo, que busca evitar la explotación. La ropa hecha en Colombia pasa por su mejor momento histórico en el plano internacional. Estas dos palabras que certifican el origen, transmiten confianza y alegría, es un certificado que la prenda hace parte de esta gran fiesta viviente que es Colombia con su cultura y su clima tropical, que para bien o par mal, vende.
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October 2022
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