Marketing Las exportaciones y la sostenibilidad convergen en las regulaciones internacionales. Dentro de los grandes requisitos para la exportación, sobretodo para las prendas de vestir con destino a Asia y Europa, se han establecido una serie de tests que incluyen la fijación del color, el nivel de los metales y la toxicidad. Estos tests datan de hace más de una década y solo ahora en medio del auge sostenible varios países han empezado a adoptarlas. Una de las regulaciones principales es la del pH en los textiles. Con los químicos y los procesos, las bases textiles cambian. Los niveles de pH o acidez se miden en una escala de 0 a 14 y el rango tolerable por el cuerpo humano es entre 4 y 8. El pH de una prenda puede subir hasta 11,5 después del teñido y la fijación, siendo altamente alkalino. Según la regulación internacional, teniendo en cuenta todos los países, las prendas deben tener un resultado de pH entre 4 y 7,5 máximo certificado por laboratorios especializados, esto se alcanza con químicos menos tóxicos y productos menos abrasivos en los procesos.
Un pH elevado o uno muy bajo son igual de tóxicos para la piel y generan intolerancia, sobre todo en pieles sensibles y en las áreas delicadas como el cuello y las axilas. Después de los procesos, ahora son los “ingredientes” de los químicos y los procesos de teñido y fijación los que se encuentran bajo la lupa, pues la sostenibilidad va más allá del medio ambiente. Además del pH los productos con destino a Asia y Europa deben pasar los tests de “color fastness” o fijación de color, estabilidad dimensional y toxicidad de los metales. En las aduanas buscan, con pruebas de laboratorio sobre todo el contenido de níquel en las prendas, botones y piezas metálicas que se encuentren en contacto directo con la piel. Las prendas exteriores, tienen regulaciones “más laxas” que las interiores y los vestidos de baño.
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May 2023
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