Marketing “La moda es una etapa avanzada de la evolución. Tener la libertad de tomarse el tiempo para crear y estudiar los parámetros artísticos y hacer el día a día más estético, es el indicio que una sociedad ha llegado a su punto de apogeo”, dijo hace unos años un empresario chino de lujo. La moda es la validación de una sociedad. Poder utilizar el arte, reflejado en las prendas de vestir como un medio de vida y poder expresarse por medio de la moda, es la definición actual de lujo estampada en el contexto de estilo de vida, más allá de las marcas y las tendencias. Hace 30 años en China la gente se vestía igual, todos usaban prendas de vestir clásicas como un uniforme, una vez la sociedad alcanzó un estado de madurez económica y cultural que le permitió explorar nuevos caminos y formas del arte, se convirtió en el primer mercado de la moda y el lujo en el mundo. Para los chinos, según explicó Jean Revis fundador de la consultora de lujo MAD Network en París, durante el podcast de Luxurynsight X FashionNetwork de esta semana, “la moda es un ejemplo de refinación y sofisticación. Es espectacular ver como el mercado chino aclama la moda por su bagaje cultural, su historia y su significado, más allá de ver únicamente las creaciones como prendas de vestir”, de ahí que en China los “total look” de una marca han sido acogidos con gran éxito, es casi una demostración de respecto hacia las casas de moda y su esencia, absteniéndose de mezclar las prendas con otras marcas. “La moda es más arte que el arte” decía Andy Warhol, y en China lo es. Además de ser un medio de expresión, es la imagen que se quiere proyectar, es un respeto por el arte, por las creaciones y su interpretación. Una sociedad que avanza en términos de moda es una sociedad que evoluciona. En el caso puntual de América Latina, el auge de los diseñadores y las marcas locales ha venido acompañado de un cambio en la mentalidad de la sociedad, de una apreciación de lo propio y de un orgullo, que llegó después que algunos de los exponentes locales alcanzaran la validación internacional. La moda latina con todas sus aristas, colores, volúmenes y propuestas tan variadas como el minimalismo de Pat Sedano, la arquitectura perfecta de Maria Elena Villamil, la sastrería de Esteban Cortázar, la coquetería de Johanna Ortíz y la feminidad refinada de Silvia Tcherassi, hablan el mismo idioma que la moda sostenible de Escudo, los trajes de Juan Carlos Obando y los zapatos de Edgardo Osorio. Todos encuentran su inspiración de base, el centro de su ADN, en el trópico, en las tradiciones locales, en la “joie de vivre” latina y la historia de cada pueblo, cada ciudad, cada país. El reconocimiento de los diseñadores latinos en el extranjero viene acompañado de un deseo: portar un poco de la feminidad, la sensualidad, la alegría y la elegancia del trópico; es portar un poco de la esencia que representa la región y al igual que las piezas de lujo de las grandes marcas que se convierten en arte en China, el lujo latino se traduce en sentimiento y artesanía en el mercado internacional.
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October 2022
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