Del Fast track a los cimientos de una empresa de moda

Marketing

“Detrás de todo éxito repentino hay 10 años de trabajo”, decía m jefe. La construcción de una empresa de moda, al igual que las empresas en muchas otras industrias, se debe hacer ladrillo a ladrillo. Hablamos mucho del ADN y del plan de negocio pero hay mucho mucho más allá de estos factores, está la conformación de un equipo, el establecimiento de la producción, la fidelización del mercado, etc.

Para bien o para mal el famoso “fast track” o camino rápido si existe, con mucho dinero se puede armar los equipos adecuados en poco tiempo, con los contactos se pueden conseguir citas en las grandes tiendas, hacer campañas despampanantes, y más pero ¿cómo se sostiene una empresa así en el tiempo? ¿cuando recupera la inversión? de ahí que vemos muchas marcas muy muy exitosas que después de 3 a 5 años se desaparecen sin dejar rastro. 

“Quiero exportar”, es una de las frases que más escuchamos hoy en día en las marcas locales pues “afuera pagan mejor”. En el mercado local podrían pagar mejor, pero el cliente paga el precio que yo le diga, entonces ¿de quien es el error?. Antes de exportar necesito un orden en mis finanzas, en mis costos, en mis porcentajes de valor y rentabilidad. Necesito tener una producción lo más organizada posible, con capacidad de reacción y cumplimiento, etc. 

Nos hemos acostumbrado a querer cosas, pero no a trabajar por ellas. Uno o dos años en el mercado no son mucho, son un mérito, claro, son el principio del camino, pero hay que dejar que las marcas maduren a su ritmo, se organicen y puedan crecer bien, de nada me sirve forzar mi empresa a hacer algo que no es sostenible en el tiempo. 

Hay que aprender a conocer la empresa, a hacer las labores por medios propios, aprender de diseño, de producción, de ventas, entender las falencias y fortalezas, entender el mercado y luego si, ampliar los equipos y dar pasos pensados, empezar con un equipo de 5 personas, página web con venta en línea, tienda física y la voluntad de exportar es la receta más segura hacia el fracaso financiero.